jueves, 10 de abril de 2014

"Dejad que los niños se acerquen a mí"


Cuando ví esta imagen me sentí muy identificada. De pequeña no era muy proclive a leer de forma voluntaria porque desde siempre me habían impuesto leer determinados libros en la escuela y como no los consideraba interesantes, o simplemente me aburrían...al poco los dejaba y así, consiguieron, que un momento tan importante que es la lectura, para mí fuese-con palabras claras-un absoluto tedio.

Pero, cuando estaba en el instituto, un libro de una amiga me llamó la atención, Memorias de Idhún de Laura Gallego, y mira tú por dónde que me encanto. Y de ahí pase a la literatura fantástica, y a otros géneros y libros que me han marcado profundamente:  Las intermitencias de la muerte de José Saramago, Un mundo feliz de Aldous Huxley, Cuentos de imaginación y misterio de Edgar Allan Poe,  Los juegos del hambre de Suzanne Collins, Un día de placer de Isaac Bashevis Singer, etc.

La lista es incontable, historias que he releído una y otra vez, saboreando cada una de sus palabras y detalles más nimios.

Por eso, hay que fomentar la lectura a través de libros que llamen al lector y no imponerlos. Como bien dice Borges:

La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz


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